miércoles, 29 de junio de 2016

El pajarito en la jaula

Es fácil ser un pájaro en una jaula cuando sólo has conocido jaulas. Yo llevo seis años en una. Lo dije hace seis años y lo digo ahora. Recuerdo cuando aquel día, harta de todo, dije "me habéis metido en una jaula y no sé si voy a poder salir de aquí".

Yo, atrapada para siempre, condenada, como Éowyn, a ser el pájaro en la jaula y la esposa del señor. Resulta aterrador.

El problema real de estar metido en una jaula podría ser el Síndrome de Estocolmo. Otro problema habitual es hacerse a la idea de que tienes que estar en esa jaula: la indefensión aprendida. Pero yo no tengo ninguno de esos dos problemas.

Porque, por azares del destino, en mi historia es el pájaro el que tiene el poder de verdad.

Este pájaro ha empezado a soñar, ya no con jaulas, sino con valles enteros.

Este pájaro ha empezado a soñar con la libertad.

Eso es lo que hace peligroso a un pájaro: que quiera escapar. Y yo tengo muchas ganas de hacerlo.

Así que sólo estoy esperando un descuido y una puerta abierta...

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