lunes, 6 de junio de 2016

Amamantar en el embarazo: una experiencia, pero nunca como te la cuentan

Me habían hablado de una bajada de la producción de leche en el embarazo. Me habían hablado de que una inmensa mayoría de los niños se destetaban solos. Me habían dicho que la leche se iba y que rápidamente se producía calostro. Me habían hablado de muchas cosas, menos de lo que ha sido y está siendo mi experiencia.

Para empezar, estoy embarazada de 31 semanas y mi hija, de 13 meses, se supone que se debería haber destetado porque eso es lo que dicen las estadísticas con los niños muy pequeños. Pues bien, no lo ha hecho. Y no digo que no me haya sentido tentada de imponerlo yo: he fluctuado por toda una variedad de emociones, desde un rechazo irracional al ratito del pecho, hasta una toma maravillosa que de pronto se tornaba en agujitas que se clavaban en el fondo de mis glándulas mamarias cuando la toma excedía los diez minutos. La solución del destete liderado por mí misma era fácil, sí, pero no me resultaba práctica: por contra, me ha resultado mucho más práctico dormir a la niña en la teta, atontarla con ella cuando estaba demasiado revuelta, o incluso anestesiarla cuando se caía (gages del oficio de quien aprende a andar). Más aún cuando no tolera el chupete en ninguna de sus formas. Así que, a aguantarse con las agujitas del final de la toma, y rezar por que la cría esté lo suficientemente cansada como para quedarse dormida profundamente antes de soltar la teta. Y si no, siempre tenemos el "comodín del público", es decir, el papá.

Lo de que la leche se convierte en calostro en el segundo mes de embarazo (otra afirmación común) es mentira. Sigue siendo leche madura, y eso que estoy en la recta final del embarazo. No digo que no se convierta en calostro en el transcurso de las 8 semanas y pico que me quedan de preñez, pero de momento el cuerpo es muy listo y ha sabido que sigue habiendo otro bebé fuera al que amamantar.

La bajada de producción aparejada al embarazo tengo que ponerla en duda, no por la carga hormonal que hace bajar mucho la secreción de prolactina, y que le daría sentido a ese descenso. Sino porque creo que inconscientemente somos las mamás (y los bebés cuando se van destetando paulatinamente) las que contribuimos a ella, sobre todo por las agujitas de dolor de las que hablaba al principio. Yo he acabado bajando mucho la cantidad de tomas porque no podía soportar el nivel de exigencia de mi hija, al ser un dolor muy agudo. Eso y las contracciones que, especialmente cuando estoy cansada, genera la estimulación del pezón. Durante el tiempo en el que fui capaz de mantener el ritmo de las tomas, no noté bajada de producción en absoluto, y mi hija se ha alimentado principalmente de mi leche hasta los 11 meses, momento en el que me planté y decidí dar cuatro tomas diarias en lugar de las 8 ó 9 que venía dando. También hay que tener en cuenta que mi hija no se ha destetado, e imagino que si un bebé se desteta, como es natural, bajará la producción hasta el extremo de cortarse la leche, que es lo que muchas mamás me decían.

Finalmente, el inocente saber popular (y la Opinología, pero los Licenciados en ese arte juegan en otra liga) estaba lleno de afirmaciones, que son las que más pongo en duda a día de hoy. Desde que a la niña le iban a entrar cagarrinas por beber leche de embarazada, hasta que el feto no iba a desarrollarse adecuadamente. De momento, ninguna de ésas son correctas. Las cagarrinas no digo que no se den cuando llegue el calostro, porque es sabido que tiene efecto laxante (para facilitar la expulsión del meconio en el recién nacido), pero la leche madura, de hecho, se absorbe bastante, así que deja poco residuo. Por lo que he leído en estudios y he experimentado, es más probable tener diarrea debido a un virus casquivano que debido a la leche materna (o por la dentición). En cuanto al feto, ya sabemos cómo son las ecografías, pero todo parece que está perfectamente, así que seguiré amamantando hasta que pueda.

Y no falta que me pregunten qué haré cuando dé a luz. La mayor parte de la gente da por hecho que destetaré a la niña para no "robarle la leche" al pequeño. La verdad, no tengo intención de hacerlo. Tengo la sensación de que esto va a acabar en tándem. Pero ya se verá qué pasa. De momento me estoy mentalizando para cualquier cosa.

En fin, que se dicen muchas cosas sobre amamantar en el embarazo, igual que se dice que no se puedes quedar embarazada mientras amamantas (soy la prueba viviente de que esto no es aplicable a todo el mundo, juas). Al final, la experiencia nunca es como te la cuentan porque cada una es un mundo.

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