domingo, 12 de junio de 2016

Cuestión de perspectiva

Un sueño me ha traído una perspectiva diferente de mi vida, como un cinco de oros, ese cinco de oros que te dice que mires hacia arriba, que confíes en que lo mejor está justo a la vuelta de la esquina.

Y ese sueño me ha dicho que todo es cuestión de perspectiva y que he de mirarlo bien. Mirarlo con cuidado.

Me casé con 28 años, después de estar muy follada y muy fiesteada. He sido autónoma, empresaria y trabajadora por cuenta ajena. He tenido responsabilidades y he sido currita. He aprendido idiomas. He publicado libros. He vivido y viajado más que señoras de 50 años, y no llego a los 35. Ahora he optado por ser madre y ha sido una opción consciente y madurada. ¿Que me he tirado a la piscina en cuestión económica? Pues sí, pero era ahora o ser madre a los 40. Y quién sabe si a los 40 iba a poder ser madre.

Toda mi vida he vivido como he querido, y eso es una realidad. Todo lo que he querido en la vida, lo he tenido. Cuando otra persona ha intentado imponer sus planes sobre mí, o he hecho oídos sordos y he acabado haciendo lo que me ha dado la gana, o directamente le he mandado a paseo. Obviamente es difícil seguir el propio ritmo de uno, porque en este mundo tan dirigido no nos enseñan a elegir, no nos enseñan a ordenar nuestras necesidades y nuestros valores y a encontrar nuestra propia felicidad. Pero eso no significa que lo que deseamos no esté ahí. También tenemos un lío de valores, porque el éxito y la felicidad creemos que van de la mano, y de hecho van, pero no siempre el concepto de éxito en la vida que queremos es el que nos dicen los demás que debemos buscar.

Todo lo que he deseado en mi vida, he sido capaz de obtenerlo, y todo por mí misma. ¿Que se han metido en mi vida? Por supuesto, pero siempre he tenido la opción de parar los pies a esas personas, y de hecho, lo he hecho, valga la redundancia.

Es un pensamiento que me ha dado una sensación de gran libertad personal. Y lo necesitaba, porque estaba como muy metida en ese pensamiento autodestructivo y victimista que al final acaba siendo una mierda. Y, de alguna manera, estaba atrayendo a mi vida al mismo tipo de gente autodestructiva y victimista. Supongo que la vida te da espejos para que te mires de vez en cuando.

Ahora me queda saber qué es lo que quiero vivir a continuación. Dónde quiero poner mis fichas de póker, dónde quiero apostar, qué quiero hacer. Porque sí siento que esta etapa vital se ha agotado, en gran parte porque mis hijos me han abierto otro mundo, otras perspectivas y otras necesidades. De momento, creo que quiero unas vacaciones hasta poco después de dar a luz. Y así, creo, podré pensar qué voy a hacer a continuación. Quizá sea lo mejor, descansar un poco, que bastante he trabajado con la lengua fuera en estos últimos años. Y así aprovechar el privilegio de haber sufrido un cambio de perspectiva.

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