domingo, 12 de junio de 2022

A veces, la vida se cuela por una rendija

Y te devuelve el fuego a los ojos.

Lo que era tuyo.

La ilusión, las ganas, la vida.

Aceptas que los malos momentos no son tan malos, que hay mucho en tu vida que merece la pena, pequeñas cosas, y que no es malo centrarse en ellas porque todo eso te hace crecer.

Abro los brazos y acepto la alegría.