Cada día es como un caramelo envuelto en papel dorado. Hoy he abierto el envoltorio de mi caramelo y me ha sabido dulce. Mi maestro divino, mi corazón, me ha enseñado algo nada más abrir los ojos. Por eso me inclino ante él. Hoy y todos los días.
viernes, 20 de marzo de 2015
Un caramelo envuelto en papel dorado
Hoy está nublado pero eso no nubla mi ánimo. Tampoco los atentados terroristas. Ni Sálvame. Ni cualquier cosa otra mezquina y mediocre de este mundo.
Cada día es como un caramelo envuelto en papel dorado. Hoy he abierto el envoltorio de mi caramelo y me ha sabido dulce. Mi maestro divino, mi corazón, me ha enseñado algo nada más abrir los ojos. Por eso me inclino ante él. Hoy y todos los días.
Cada día es como un caramelo envuelto en papel dorado. Hoy he abierto el envoltorio de mi caramelo y me ha sabido dulce. Mi maestro divino, mi corazón, me ha enseñado algo nada más abrir los ojos. Por eso me inclino ante él. Hoy y todos los días.
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