martes, 2 de septiembre de 2014

Una visión sobre el inmovilismo de los caracteres

No hablo de los caracteres que componen esta entrada ni las anteriores. Hablo de las personalidades.

Hubo una vez quien me dijo que "todo el mundo puede cambiar", una frase llena de idealismo y muy atractiva para gente como yo, pero que reflejaba, desde mi punto de vista, un mensaje ideado para dar una aparente sensación de autocontrol, en mi opinión más que falaz.

La verdad, no creo que la gente cambie a partir de cierta edad. Obviamente que modificamos, poco a poco, ciertos aspectos de nuestra conducta y comportamiento. Pero no podemos cambiar de la noche a la mañana a) nuestra bioquímica cerebral, b) las conexiones que hemos creado durante años y años de entrenamiento y c) nuestra propia tendencia genética a ser de determinada forma. Por eso creo que es una falacia tremenda lo de "cualquiera puede cambiar si se lo propone, incluso si es muy mayor". A partir de cierta edad creo que no es posible. Se pueden crear hábitos, pero crear un hábito no creo que sea cambiar una personalidad completa. Considero que una cosa es el comportamiento y otra muy diferente la personalidad: el comportamiento es cambiante, adaptable y permeable, la personalidad tiene mucha más complejidad, en mi opinión, de la que ningún estudioso haya llegado todavía a atisbar (¡ánimo psicólogos!).

No hay comentarios:

Publicar un comentario