sábado, 28 de junio de 2014

Desnuda el alma

Vestido el cuerpo, mas desnuda por dentro, la vida sigue, el tiempo pasa, me embriaga el fluir de mis propios pensamientos. Se llenan de manzanas fragantes y de seres que reptan, de ésos que para mí tienen más valor que los habitantes del cielo con sus cientos de trompetas y sus ejércitos de llamas.

Desnuda el alma, encuentro bolsillos en los que meter trocitos de esos pensamientos, que pesan como piedras en el río de mi propio discurrir. Me sumerjo en el río y sólo oigo el latir de mi propio corazón. No hay pájaros que salgan en esta tarde de verano, demasiado calurosa para jugar al sol. Oscuridad interior en plena estación de la luz. Sólo quiero escuchar ese corazón latiendo y ese río interior que suena, disfrutando el momento en el que agua se desborda y los pensamientos pesan, y me hundo, me hundo en esa sensación de ser mente, en esa sensación de escuchar el río de mi cabeza cantando y mi corazón batiendo como un bodhrán que repiquetea.

Oscuro mi interior donde discurre el río de los sueños.

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