lunes, 28 de septiembre de 2015

Me tienen que poner en mi lugar

Mi marido me tiene que poner en mi lugar, como hacen los buenos maridos. Me tiene que dar mi sitio, ese sitio que corresponde a las mujeres. Poner a las mujeres en su sitio, eso es lo que hacen los hombres y eso es lo que le han pedido que haga hoy.

Así que mi marido me ha puesto hoy en mi lugar y me ha dicho que llevo 8 años trabajando como una condenada. Que me he ocupado de las finanzas, de la casa, de trabajar fuera, de mantener a la familia cuando él no tenía trabajo, de ser la fuerte cuando todo el mundo era débil, de ampliar la familia, de ahorrar dinero, de organizar las visitas médicas, de montar cumpleaños, de organizar viajes, de escribir, de seguir nuestros sueños, de cocinar, de aportar otro punto de vista... y que me lo agradece mucho.

Y qué voy a hacer, pues se lo he agradecido yo también a él. No viene mal que de vez en cuando te digan que haces algunas cosas bien. Que sí, que se sigue siendo imperfecta (a Dios gracias), pero a veces llega a la patata que la persona con la que compartes tu vida, con la que es inevitable que tengas roces, te diga que no te da por sentado después de tantos años.

A la persona que le ha pedido que me pongan en mi lugar, lo único que me gustaría decirle es que le vayan dando. A veces, a la gente se le olvida quién manda en la vida de uno. Así que, en mi vida, yo ya estoy en mi lugar. ¿Y tú, bonita, estás en el tuyo? A juzgar por tus ansias de control, me parece que no.

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