viernes, 11 de septiembre de 2015

Cuando la olla a presión estalla

El otro día cogí el teléfono para no decir nada bonito. La olla a presión había estallado. La otra persona, juguetona, con actitud de niña de 15 años, quiso hacerse la estupenda.

Salvo que yo ya no quería que se hiciera más la estupenda. Los viejos trucos ya no cuelan. Así que le dije tres cosas que yo necesitaba decir y ella escuchar.

Quizá las verdades duelan, pero en este caso ya me da igual.

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