viernes, 5 de diciembre de 2014

Hambre de Luna

Y pensar que hace un año no pensaba ni en que fueras a existir. Ahora te has convertido en parte indivisible de mí. ¡Qué diablos de mí! De mi mejor yo. Me has regalado una plenitud que no creo que habría podido conseguir con nada de este mundo que no fueras tú.

Tu padre y yo todavía no te hemos visto la cara en vivo y en directo. Sólo en una pantalla fría. Pero todos los días te siento. Sé cuándo quieres que coma, y no porque me lo diga mi estómago. Sé cuándo tienes hipo. Sé cuándo estás dormida. Sé muchas cosas de ti aunque nunca te he visto. Supongo que es instinto. Porque sé, por ejemplo, cómo va a ser tu carácter, y eso que sólo te has expresado a través del movimiento.

Tengo hambre de ti, mi pequeña. Mi pequeño lucero del alba, mi pequeña Luna.

No hay comentarios:

Publicar un comentario