domingo, 19 de julio de 2015

Bebé

Me gustan tus sonrisas llenas de leche, cuando sonríes desde tu perspectiva para mirarme a los ojos, y abres la boca dejando escapar un pequeño riachuelo de tu alimento preferido, el que te doy.

Te quiero cuando dices ajó, agú, gu-gú, cuando te levantas por la mañana (normalmente de buen humor) y con todo tu repertorio de monerías.

Te adoro cuando estás saturada de bares, gente, abuelos, familiares, vecinas cotillas y dependientas de tiendas de chinos, y me buscas entre caras poco conocidas. Cuando te lanzas hacia mí de cabeza al estar en otros brazos, porque sabes que siempre voy a estar ahí para cogerte.

Me encanta cuando quieres dormirte, te enganchas a mi pecho y me agarras con toda la fuerza que tienes en las manos para que no me escape. No vaya a ser que me pierda mientras tú duermes.

Me chifla el saludo familiar que has inventado, y que ahora ya tu papá y yo hacemos incluso cuando estás profundamente dormida para saludarnos entre nosotros.

Me fascinan tus ojos rasgados y profundos, tu pelo alborotado, tu piel de alabastro, tu boquita de piñón y tu nariz chatilla. Cuando me dicen que eres bonita, que eres guapa, que eres preciosa, yo siempre pienso que sí, que lo sé, pero que eso no me importa en absoluto. Te querría igual si fueras fea como un mono. Te quiero por ser tú, no por cómo eres físicamente.

Eres seis kilos y medio por 62 cms de alto de felicidad. De nuestra felicidad. Mañana hace 3 meses que llegaste a nuestras vidas, así que sólo te puedo dar las gracias por existir. Te quiero, bebé.

No hay comentarios:

Publicar un comentario