Ahora tengo el placer de compartir unos días contigo, tú que eres mi día, mi sol. Qué lejos quedan esos días de oscuridad, de no parar de trabajar, de no poder ni sentarnos a hablar. Qué fuertes nos hace superar esos pequeños baches juntos. Qué alegría me da que sigas iluminando mi vida con tu sonrisa. Y a pesar de que lo escribiera hace unos meses, y que lo hiciera porque a veces me es más fácil escribir que hablar, todo aquello que escribí sigue vigente. Me gustan tu luz, tu risa y tus chistes malos.
Cuánto te quiero.