domingo, 29 de marzo de 2015

Todos quieren mostrarte tu salvación

Sé vegetariano, es lo natural.

Cree en nuestro Señor X, el auténtico salvador.

Vota al partido X, que el resto son unos mierdas.

No, vota al partido Y, que los del partido X son unos corruptos.

Al final todo se reduce a necesidad de proselitizar. Qué empacho, joder. En una de éstas voy a "salvarme" corriendo en dirección contraria al mundo, donde no les vea la cara a ninguno. Si al final las creencias y las elecciones personales son como los genitales: todos tenemos y no resulta necesario dar con ellos encima de la mesa ni restregárselos a nadie por la cara.

miércoles, 25 de marzo de 2015

Para mi cumpleaños quiero

Una tarta de mousse de limón.

El recuerdo de una fiesta de cumpleaños de la infancia.

Y un batido de fresa.

Ya está.


viernes, 20 de marzo de 2015

Un caramelo envuelto en papel dorado

Hoy está nublado pero eso no nubla mi ánimo. Tampoco los atentados terroristas. Ni Sálvame. Ni cualquier cosa otra mezquina y mediocre de este mundo.

Cada día es como un caramelo envuelto en papel dorado. Hoy he abierto el envoltorio de mi caramelo y me ha sabido dulce. Mi maestro divino, mi corazón, me ha enseñado algo nada más abrir los ojos. Por eso me inclino ante él. Hoy y todos los días.


martes, 17 de marzo de 2015

El mundo es de los valientes

Y llego allí, le veo con su bata blanca y su pinta de "yo lo sé todo". Le pregunto qué tal está, me dice que bien, que cómo estoy yo. Le digo que pesada. Me mira. Y no lo dice, pero sé lo que piensa. Pregunta: "¿Cuándo tiene usted la fecha prevista de parto?" y se lo digo. Me da el parte que tiene que darme, y me da una siguiente cita para dentro de dos semanas mientras se sonríe. Creo que piensa que no vamos a volver a vernos en esa siguiente consulta. Cuando voy a salir me suelta: "Ánimo, el mundo es de los valientes". Sonrío y salgo de su consulta.

Voy camino a casa y veo los cerezos, los ciruelos y los almendros florecidos. Pienso en que ha bajado la temperatura y ahí están, como valientes. Son los primeros en florecer y siento que florezco con ellos. El mundo es de los valientes, como es de esas florecillas aparentemente frágiles. Seré una flor frágil, pero seré igual de valiente.


jueves, 12 de marzo de 2015

Tus pies

Tienes los pies grandes, o al menos a mí me lo parecen. Me tocas con ellos cuando dormimos y a veces me quedo sorprendida por la forma de tus dedos gordos, porque no se parecen en nada a los míos. A veces te gusta acariciarme con ellos, y con las piernas, y con el cuerpo entero, y me envuelves en un abrazo cálido que huele a vida cotidiana. Me encanta el olor de tu vida cotidiana. Y afortunadamente no te huelen los pies.

Caminaste muchos kilómetros con esos pies antes de que nos encontráramos y, qué cosas, al final lo hicimos pese a que el camino estuvo a punto de dejarme sin conocerte. Los dos decimos que nos habría gustado hacer esto, aquello o lo otro, pero luego nos damos cuenta de que si no hubiera sido por donde nos llevaron nuestros pies probablemente nunca nos habríamos cruzado. No sé qué piensas, yo me habría perdido muchas risas provocadas por ti si mis pies me hubieran llevado por otra parte. Así que, me alegro de que tengas esos pies que te han llevado por tantos sitios, y que te siguen llevando, porque a día de hoy compartimos el camino. Yo con mis pies pequeños, tú con tus pies grandes.

martes, 10 de marzo de 2015

Tuve que aprender

Me preguntaron el otro día cómo llegué a encontrar al Santo Varón, que es tan bueno y tan maravilloso y con el que de momento me va tan bien, incluso casi ocho años después de haber empezado la relación. La respuesta es de pura casualidad, de chiripa, de suerte, pero que ya contaba con ciertas bases sobre las que quería partir. Le expliqué a mi interlocutora que igual que tuve que aprender qué era lo que quería de una relación, antes tuve que aprender lo que no quería. Pero eso no es algo que uno sepa por ciencia infusa. Cuando ignoras algo, también ignoras que lo ignoras. Así que necesitas de experiencia, si no, no hay nada que hacer. Eso se "arregla" mediante la vivencia, no hay otra manera.

Yo tuve que aprender que no quería un compañero que tuviera:
- Una personalidad agresiva (ya fuera en sus tonos, en sus modos o en su estilo comunicativo)
- Una adicción a sustancias estupefacientes
- Una necesidad imperiosa de llamar la atención que pudiera generar situaciones sociales incómodas para mí como su pareja (que chocaran con mi sentido del ridículo, por ejemplo)
- Tendencia a criticar a otras personas, tendencia a marujear, a "llevar y traer" y/o a manipular a otros. Si lo hacen con otras personas, lo van a hacer contigo
- Comportamientos extraños, como desaparecer a las dos de la madrugada porque les llama "su primo"
- Tendencia a las peleas para demostrar lo machito que se es
- Tendencia a creer que la pareja es el centro de todo en la vida, que todo se hace en pareja, con poca o nula actividad en solitario o de manera independiente
- Comportamientos delictivos o fraudulentos, aunque estén socialmente bien vistos (por ejemplo defraudar a Hacienda, realizar pequeños hurtos, aprovecharse de o robar bienes privados, defraudar al Seguro del coche...)
- Comportamientos controladores o dominantes

La conclusión que saco de esto es que no me gustan los malotes. Para que luego digan que a las mujeres nos gustan los tipos malos, pero como se ve no siempre es el caso.

jueves, 5 de marzo de 2015

Gravedad

Me llamas por teléfono porque necesitas a alguien cerca. A pesar de que vivimos a casi 1000 kms. Estamos separados por una extensión de tierra que va de mar a mar casi, y tú eres un mar de llanto. Te sientes como un satélite alrededor de una fuerza que te atrae de forma irrefrenable, pero no quieres continuar orbitando alrededor de ese planeta. Necesitas encontrar tu propio sol interior, me dices con tus propias palabras, y te comprendo por un segundo, para luego ser consciente de que no tengo ni idea de por lo que estás pasando exactamente.

En ese momento quiero abrazarte, sentir toda la lluvia de tus ojos y que nos bebamos a medias una botella de tinto a la salud de la fuerza de la gravedad. La conversación pasa al buen queso y al buen vino, y vuelves a ser el mismo de siempre, el chico alto y desgarbado, demasiado bueno para llorar tanto por un corazón roto. Por un planeta errante que genera gravedad suficiente como para atraer a soles como tú, cuando debería ser al revés.


Secretos

Me miras y te miro. Sabes perfectamente que hay algo que no te estoy diciendo. Hoy puede ser que estoy enamorada de ti, mañana, que estoy devastada por algún pequeño traspiés que he tenido en el día.

Me abrazas. Te das cuenta de todo, tú que te llamas a ti mismo patata social. Conoces todos mis gestos y te sabes de memoria todos mis botones. Y entonces empieza una lluvia de lágrimas, y el secreto deja de ser secreto. Te ríes porque suele ser un secreto ridículo de ésos que me pasan por la cabeza y no me atrevo a decir. No te importa, sólo te importa sonreírme y decirme que todo irá bien. Me siento comprendida y amada gracias a esas palabras. No me empujas a que te cuente nada, sabes que no es la forma en la que funciono. Sabes que simplemente necesito encontrar el momento para decir lo que estoy pensando con honestidad. Más allá de lo que puedo estar diciéndole a otras personas.

En este mundo cruel que nos empuja a decir cosas todo el tiempo, aunque estén vacías de significado, tú eres el único delante del cual quiero desnudarme por dentro.


miércoles, 4 de marzo de 2015

Pequeños lujos

Con mi barriga redonda y tan grande como un Huevo Kinder gigante, he decidido que el tiempo que me quede hasta dar a luz estaré disfrutando de un pequeño lujo diario. Porque yo lo valgo.

Hoy le ha tocado al hidromasaje de pies.

Bendita tecnología.

martes, 3 de marzo de 2015

Mamarrachos vacíos

"¿Has visto cómo te han mirado cuando has dicho eso? Estabas llamando la atención". "No te pongas tacones ni te pintes". "Estarías mejor si te hicieras una buena liposucción". "Está muy bien que sepas adaptarte a las nuevas conversaciones, incluso si te interrumpen". "Tu madre te abandonó, ésa es la verdad, no sé cómo sigues teniendo relación con ella". Son ejemplos de frases que me dijeron cuando era más joven. Todas ellas vienen de personas que alguna vez me dijeron "Te quiero", porque yo era su pareja o su interés romántico. ¿El objetivo? Es muy fácil: minar autoestimas y aislarte de tus seres queridos.

Superados todos los comentarios, sanadas todas las heridas, me encuentro con que ahora a alguien muy cercano le están haciendo la misma jugada. Podría decir lo mismo que ella, que la culpa es de las personas que aceptamos ese tipo de agresiones verbales. Pero no, hoy no es el día en el que creo que debamos asumir esa parte de la culpa, que si no ese tipo de mamarracho vacío y triste se acaba creyendo que tiene razón. Seamos claros: lo que sale de la raja del culo que algunos imbéciles tienen por boca es cosa suya.