domingo, 25 de enero de 2015

Se vende personalidad plana

Tener niveles de confianza con las personas no es ser hipócrita, es defenderse de quien no conoces lo suficiente. Ese conocimiento se da con los años, con los diálogos, con la profundidad del que realmente quiere intercambiar, no ya diálogos vacíos en los que mostramos un "y yo más" o una superficialidad sin importancia, sino sentimientos y pensamientos de verdad, sentimientos y pensamientos que no caben en el corazón o en el pecho. Sentimientos o pensamientos realmente grandes. Encuentro que muy poca gente es capaz de llegar a ese nivel de entendimiento de sí mismo y por eso vive en el "y yo más" o en el "a mí no me ralles", y no quiere oír cómo otras personas se desnudan, las raras veces en las que desnudan su alma. Bien, entonces que nadie se queje de quien elija tener niveles de confianza para confiar (valga la redundancia) según qué pensamientos y sentimientos, porque ellos eligen ser planos y es más, se les aplaude.

A veces tengo la sensación de que este mundo es un lugar redondo lleno de gente plana. Y cuando advierten que no eres plano, que tienes capas o niveles, rápidamente te acusan de no ser auténtico. Tengo la sensación de que se enfadan con quienes decidimos llevar nuestros pensamientos más adentro de nosotros mismos. Es muy difícil llegar al centro de una cebolla entre capas y capas, a no ser que tengas un cuchillo. Para algunas personas es más fácil usar el cuchillo y hacer daño para entrever los pensamientos de alguien que no es tan plano como esperaban, sin darse cuenta de que, al hacer eso, se están alejando más del núcleo generador de esos pensamientos y sentimientos. Hacen ese daño al grito de "yo soy auténtico, no como tú", y te dan ganas de decir "yo soy auténtico, y complejo, y privado, porque créeme, no quieres ver todo lo que tengo dentro, podría hacerte daño, podría enseñarte hasta qué punto lo que haces me hace daño, y yo no quiero que veas eso de ti mismo".

Así pues, continuamos en este mundo redondo de personalidades planas, en el que ser "auténtico" (otra ilusión de muchos que no tienen el valor de realmente mirarse en el espejo) prima sobre el que elige ser privado y reservado, sobre el que elige sólo a unas pocas personas para confiar algunos de sus pensamientos más profundos.

Dejémosles vivir en la ilusión de las personalidades planas, de creer que saben todo de los demás, así creen que controlan a los pocos que elegimos ir a contracorriente porque no queremos que castren lo más íntimo que tenemos, por obra y gracia de una sociedad superficial: nuestro verdadero yo.

sábado, 24 de enero de 2015

Y decirle al mundo

Y decirle al mundo que no importa que mañana nos quedemos sin luz. Puedo seguir viendo con tus ojos, puedo ver el brillo de tu alma. Ésa es toda la luz que necesito en mitad de un apagón.

No somos perfectos, no somos almas gemelas. Somos diferentes y tenemos propósitos distintos, como un trompo y un cuchillo. No somos mitades de ninguna naranja ni de ningún limón, cada uno está completo en sí mismo. Pero siempre acabamos contándonos nuestras cosas, compartiendo nuestros mundos de alguna manera, comprendiéndonos a pesar de vivir a través de percepciones muy diferentes. Es ese entendimiento de lo diferente lo que nos hace que sigamos adelante, lo que hace que nos complementemos de alguna manera, lo que hace que una relación se base en la confianza y el respeto mutuo. Ninguno es superior al otro, somos dos personas caminando al mismo paso por el mismo camino, cada uno a su estilo, pero sobre todo respetándose mutuamente.

Tú me hiciste ver que era perfectamente imperfecta, que era hermosamente imperfecta. Me has ayudado a aceptarme, a saber quién soy, a reconciliarme con mi Yo más masculino y mi Yo más femenino. A volver a tener los viejos buenos modales que siempre me gustaron. A volver a ser esa chica vivaracha y con ganas de aprender que no se deja llevar por la corriente que siempre, en el fondo, fui. Me has enseñado que lo mejor no es tener un alma gemela que tenga todo lo que tú no tienes, sino tener un compañero al que poder mirar a los ojos sin miedo. Por el simple hecho de que te gusten sus ojos, especialmente cuando le brillan porque sonríe.

Quiero decirle al mundo que te encontré hace casi 8 años y que la vida me ha dado el regalo más enorme que pueda haberme dado gracias a tu presencia en ella. Hemos tenido que ir aprendiendo poco a poco cómo es el otro, con mucho cariño y mucha paciencia. Por eso te quiero y me haces feliz. Y te agradezco que sigas ahí, día tras día, contándome chistes estúpidos y metiéndome mano cuando crees que nadie se da cuenta. Riendo y llorando conmigo. Viendo películas y saliendo a perdernos juntos por el bosque en busca de un esquivo animal salvaje que sólo se deja ver a la hora del atardecer.

Y pensar que hace 8 años yo había dejado de creer en el amor...


miércoles, 21 de enero de 2015

Desconfía

Cuando una persona le sea infiel a su pareja y te dice que en realidad quiere estar contigo, desconfía.

Cuando te prometan el cielo y te digan que no volverá a pasar, si ya pasó una vez, desconfía.

Cuando alguien te diga que no es verdad eso de que no le pega a su pareja, desconfía.

Cuando veas a alguien robar y luego vaya diciendo que es muy honrado, desconfía.

Cuando alguien te cuente que se iba de putas/chaperos antes de conocerte a ti (porque tú eres maravilloso/a), desconfía.

Cuando alguien se mienta a sí mismo sobre situaciones en las que estabas delante, desconfía.

Cuando alguien te dice que se va a su casa pero sabes que ha ido a casa de un amigo y no te lo dice, desconfía.

Cuando alguien farde de su vida sexual sin apenas conocerte, desconfía.

Desconfía, sobre todo de ti, si has hecho cosas similares.

Y me dicen que es normal

Me dicen que es normal que no pueda dormir.

Me dicen que es normal soñar sueños extraños y tener pesadillas.

Que me lo digan cuando están viendo una visión como la que tuve yo anoche, en mitad de mi mundo onírico. Tan repugnante y triste como las lágrimas que provocó.

Ahora tengo miedo a dormir, y eso no es normal.

sábado, 10 de enero de 2015

Arriba y abajo

A veces estamos arriba y otras veces estamos abajo. A veces estamos dentro y otras estamos fuera, y esto depende del contexto. Una conversación puede ser interesante en un momento y volverse cansina dos horas más tarde. Especialmente si hay una persona que fuerza la conversación en esa dirección.

En ese momento la persona, para mí, pasa a ser poco interesante y pasa a estar fuera.

viernes, 2 de enero de 2015

Orden

Hay personas para las que el orden significa tener todo en su lugar. Un lugar para cada cosa, y cada cosa en su lugar. En ese sentido, yo soy más bien caótica, y dentro de mi aparente caos siempre hay un orden en el que encuentro lo que necesito.

El orden sin el que no podría vivir no es el de las cosas, sino el orden de las personas. El orden en el que el respeto prima y las necesidades de espacio de las personas son comprendidas. No es un lugar para cada cosa, es un lugar para cada persona y cada persona en su lugar. Empezando por las relaciones.

Claro que, en un mundo en el que llamamos amigo del alma a cualquiera que nos preste atención en facebook, este tipo de respeto se desdibuja. Creemos que tenemos derecho a irrumpir en las vidas ajenas, a ser honestos aunque duela, cuando ni el respeto ni la relación ha admitido ese tipo de comportamientos. Cuando todavía la relación se encuentra en el estadio del protocolo, en el que se es cortés y poco más. O bien nos lanzamos al peloteo desmesurado para ganarnos a las personas. Odio el peloteo con todas mis fuerzas, al menos con el sincero me veo con la excusa perfecta para mandarlo a tomar por culo.